La visita del Papa Benedicto XVI a México definitivamente es uno de los sucesos mas importantes desde hace muchos años. La claridad de su discurso, la riqueza intelectual y práctica de sus mensajes y la necesidad vigente de escuchar voces que hablen de esperanza, hace de esta visita una necesaria pausa para la reflexión en medio de nuestro atolondrado proceso de transición hacia la construcción de un nuevo sistema para edificar el bien común.
Antes de aterrizar ya contextualizaba
Ha sido el propio Papa quien se encargó de recordárnos la complicada situación de simulación que vivimos en este país. Un país en el que la clase política habla de libertad pero, siempre y cuando la libertad no disminuya, evidencie, limite, el poder político y sus facciones dominantes. Al referirse al primer viaje del Papa Juan Pablo II en 1979, recuerda la importancia histórica y la confusa realidad política de este país.
Se los dijo así a los periodistas durante el vuelo:»Queridos amigos: ante todo bienvenidos y gracias por acompañarme en este viaje que esperamos sean bendecido por el Señor. Y que realizo en continuidad con Juan Pablo II, recuerdo muy bien suprimer viaje a México, verdaderamente histórico en una situación política confusa.» A más de 30 años, ¿hemos cambiado esta situación política confusa?
Dijo además, la importancia de evitar la disociación entre lo público y lo privado: «hay en muchos católicos, una cierta esquizofrenia entre la moral individual y la moral pública: individualmente, son creyentes católicos, pero en la vida pública siguen otros caminos que no responden a los grandes valores del Evangelio que son necesarios para el establecimiento de una sociedad justa. Es bueno educar para superar esta esquizofrenia, educar no sólo a una moral individual, sino a una moral pública. Y tratar de hacer esto con la doctrina social de la Iglesia, porque, naturalmente esta moral pública debe ser una moral razonable y compartida, compartida también por los no creyentes, una moral de la razón«. Tal rompimiento nos aleja de marcos de referencia que ayudan a establecer límites concretos en ejercicio de la política, los negocios, la profesión, etc.
El Continente de la Esperanza
El Papa quiere dar continuidad al mensaje de suantecesor y llama a los habitantes del continente a reconocerse a sí mismos agentes de esperanza para las comunidades: «Este país, este Continente, está llamado a vivir la esperanza en Dios como una convicción profunda, convirtiéndola en una actitud del corazón y en un compromiso concreto de caminar juntos hacia un mundo mejor. Como ya dije en Roma, «continúen avanzando sin desfallecer en la construcción de una sociedad cimentada en el desarrollo del bien, el triunfo del amor y la difusión de la justicia».
Su genuina preocupación por México le motiva a exigir que debemos «Desenmascarar esta idolatría del dinero que esclaviza a los hombres; desenmascarar estas falsas promesas, la mentira, el engaño». Para desenmascarar las falsas promesas en necesario que los padres se comprometan con hacer de los hijos hombres de trabajo, que sepan ganar con el sudor de su frente el sustento, y que no se esclavicen a la menor provocación de la idolatría del dinero.
Al final, si se le pone atención a las palabras del Santo Padre, todos aquellos «ilustrados» que hacían preguntas para no escuchar las respuestas, se irán enfrentando conforme avance la agenda de esta visita, al mensaje claro y contundente de un Papa que entiende que está al frente de una institución que es experta en humanidad y como tal, con la autoridad moral de llamar a la sociedad entera a dejar la simulación y entender que muchos de nuestros males, descansan en falsas promesas, la mentira y el engaño, más que en técnicas y políticas públicas o asuntos netamente electorales.
Todavía hace falta poner atención al mensaje del Papa a México y América Latina, es necesario rescatar las grandes lecciones de un hombre que conoce las entrañas del mundo.
Paco Sánchez 
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